Los muertos de... ¿Cristo?


Qué tristeza, qué decepción... oh, qué desolación. Y es que no sólo la Iglesia Católica ha sido históricamente una institución incongruente, ventajosa, mentirosa y con discursos planfetarios que suenan muy bien frente a feligreces y adeptos, pero que en el plano de la realidad se desmoronan frente a la absoluta falta de congruencia. No sólo la Iglesia católica... ahora lo son también los míticos grupos anarcopunks libertarios de la Iberia radikal con todo y su discurso abrupto con el que critican de manera por demás resentida, las mismas prácticas que favorecen y finalmente, perpetran.
Como quien tira la piedra y esconde la mano, como el pecador aferrado que quiere lapidar a Magdalena, así los punkis de postal favorecen el negocio del Estado cuya cabeza piden, de los narcotraficantes que abusan del pobre campesino, de los provincianos sin promesa de un futuro que ven en el tráfico de estupefacientes, y no en la educación, la única oportunidad de una vida “digna”.
Yo sé que muchos de ellos, de los punks y de los anarquistas, comen alimento sin dolor, pero... ¿nadie les habrá hablado que detrás de sus consumos de estupefacientes también hay mucha sangre, explotación, abuso, corrupción, violencia y cohecho?

Revolución y farlopa... ja!
No es la primera vez que sé que sucede, que veo por mí mismo que estos chicos que pelean por la rehibindicación de los marginados y por la liberación de los oprimidos, perpetuan en carne propia los consumos y los rituales que favorecen a una sociedad esencialmente injusta y ventajosa.
La primera vez lo atestigué cuando conocí a los chicos de Sin Dios quienes vinieron a tocar en el congal más itinerante de la ciudad. Entonces quise justificarlos y hacerme de la vista gorda frente a mí mismo, porque creía que era derecho de todo punk el consumir lo que se le diera la puta gana... finalmente, para eso eran punks, y si ellos querían meterse a Colombia entera por la nariz, pues hasta lo veía positivo porque finalmente en la desobediencia se confirma la libertad que los discípulos de Bakunin, Malatesta y los hermanos Flores Magón, buscaban con tanta behemencia.
Cuando nos fuimos a la casa de mi kamarada que estaba en la organización del evento, nos llevamos a dos de los músicos, le hablamos a Beto que era en ese entonces el dealer del barrio y le pedimos un ocho de cocaína que en ese entonces era de lo mejor. Los muchachos de Sin Dios arrazaron con ella. Estaban felices, y es de entenderse si consideramos que el precio de la sustancia en México en casi ocho veces menor al que tiene en la península ibérica.
Pues así sucedió, y mi mente consiente se lo quiso olvidar, hasta hoy que la historia se repitió con la visita de Los Muertos de Cristo, otra de las bandas más radicales del autonombrado “anarko-punk” español y que después de 20 años en los escenarios, proyectan el cierre de su carrera artística con la gira que visitó mi natal terruño la cual titularon como Rapsodia libertaria. Ellos están en contra de las etiquetas, creen en la emancipación de los desposeídos y los marginados, inclusive parecen estar bien informados sobre la realidad social y política de nuestra golpeada América Latina a quien motivan a alzar la voz. Cuánta puta hipocresía... ellos también pidieron sus pacesitos para aligerar la carga de ser, a pesar de su lucha como activistas, unos esclavos más del sistema.

Las pequeñeces en las que nuestros punks no reparan...
No soy un moralista, nunca lo he sido, y ciertamente tampoco soy una persona congruente sino que por el contrario, soy muy humano: con contradicciones, incongruencias y muchas carencias. Pero tampoco aplaudo a quienes suben a los esenarios a decir mentiras que traiciono apenas me pueda bajar como lo hacen estos combativos amigos. Tal vez porque nunca he sido estrella de quienes odian a las estrellas... aún así hay algunos datos que me gustaría puntualizar y de tener oportunidad, me gustaría exponer frente a estos hombres libertarios para confrontar a su luz, su travesurilla rocanrolera y su gusto por el perico:
- En América Latina la principal droga que se cultiva, produce y trafica, es la Cocaína. Sin embargo, sus principales consumidores son los estadounidenses y los europeos (14 millones entre los 14 y 60 años de edad).
- Dicha producción usó en el 2007 casi el 40% del total de los terrenos para cultivo en paises como Colomia, Perú y Ecuador (o sea que en cuanto a terreno, tiene más importancia la coca que el mismo maíz o cualquier otro producto que salga de la tierra).
- Esta labor generó alrededor de 44mil detenidos que fueron recluídos en cárceles colombianas, peruanas y ecuatorianas. No se sabe el número de muertos provocados por este mismo fenómeno, pero los presos nos dan una somera referencia de cuántos podrían ser.
- Cada kilo de droga se vende entre 2mil y 4mil dólares en Estados Unidos, pero al productor se le paga sólo un aproximado a 3 dólares por cada hectárea que siembra.



Sí a la autogestión... no a las drogas.
La realidad de las cosas es que, tristemente, a pesar de la explotación y los precios de miseria que se pagan a los jornaleros, sigue siendo mucho más rentable cultivar cocaína, o mariguana o amapola, que maíz, tomate, frijol o caña de azucar. Y esto se debe a que hay un enorme mercado que consume sustancias no reguladas por las leyes de la oferta y la demanda, sino por las de la corrupción, porque también para los gobiernos éste seguirá siendo un gran negocio siempre y cuando se mantenga al márgen de la ley ya que de esa forma no hay manera de controlar la calidad, el precio o las rutas de comercialización que pasarían a manos del sector privado y que muy probablemente estandarizaría precios, o cuando menos crearía las bases jurídicas y mercantiles para retribuir al campesino y a los distribuidores su labor de manera más justa, en vez de poner su integridad, su vida y la de su familia, de por medio y en peligro.
El gran problema esque esto ni ha pasado ni va a pasar tal vez nunca. El dilema con cada pase que uno se mete, sea o no punk y al margen de juicios moralinos absurdos (pues finalmente cada quien hace con su tracero y su nariz y su vida lo que le venga en gana), esque al igual que al comer carne, uno ingesta también partículas de dolor y muerte para nuestro placer, de la misma manera en la que para que se produzca y llegue la cocaína, o la mariguana o cualqueir otra sustancia hasta el barrio, hasta el dealer de confianza y hasta nuestro baño, habitación o salón de fiestas, muchas personas tienen que morir en el camino, muchos sembradíos tienen que ser regados con la sangre de los campesinos, muchas familias pierden a sus hijos que andan de burreros y muchas otras pierden su medio de sustento cuando en el barrio también entamban a los grameros. ¿Favorecer esta cadena de dolor y muerte será una conducta de emancipación de las garras del mercado, del Estado, de los poderosos? No, yo creo que es favorecerlos y asegurarse de que su negocio y sus métodos, seguirán viento en popa, cabalgando, pero no como la libertad.

Entradas populares