Los TONTOS del Teletón...

Pobrecitos… pobrecitos de los mexicanos, de las inocentes señoras clasemedieras conmovidas que donan el dinero que no tienen al Teletón, de los estudiantes universitarios condenados a no encontrar mucho más Espacio laboral que son manipulados con una lástima sensibiloide y barata, de los televidentes promedio empedernidos, tan incultos y tan manejados y con vidas tan pobres en sentimientos que a la mínima provocación sensibilera dejan rodar lágrimas por sus mejillas… tan pobrecitos como los niños con capacidades diferentes que no tienen la culpa de ser utilizados, pero que aún así lo son.

Los que no son pobrecitos, ni hay por qué tenerles lástima es a los esbirros arrastrados voceros aguzanados de Televisa: falsos, manipuladores y lametraseros de los directivos quienes, en aras de los buenos negocios, prefieren mantenernos estúpidos lucrando con el sufrimiento del pueblo, vendiendo lástima y obteniendo jugosos dividendos a través de un circo mounstroso (por sus creadores y no por quienes aparece en él) gracias al cual el sector de las grandes empresas deducen impuestos y ahorran enormes cantidades de dinero en publicidad haciendo, literalmente, leña del árbol caído.

Desafortunadamente tanta sensibilería no significa absolutamente nada más allá de la nauseabunda manipulación, pues en el plano de la realidad, el trato que la empresa Televisa, casa (tomada) de los mexicanos, da a los niños discapacitados, es uno mucho muy distinto al que vende la patética Lucerito. Su verdadero rostro, el de la empresa, es uno que margina, segrega, marca diferencias, denigra, utiliza y está dispuesto a hacer cualquier cosa para que el imperio siga siendo cada vez más rentable. A días de que el espectáculo comience, nos han enseñado su verdadero rotro desforme…

El día 22 de noviembre llegó casi con cuatro horas de anticipación a las intalaciones de Televisa Guadalajara la señora Genoveva Romero de 55 años, con su sobrinia Miriam quien es fanática de Lagrimita y Costel, y padece de retraso mental. El objetivo de llegar tan temprano al programa era estar cerca de los ídolos de la chiquilla, y lo lograron: habían obtenido lugares en la primer fila para disfrutar de su espectáculo sin barreras de por medio.

Cuando llegó el equipo de camarógrafos y de producción y vieron a la señora con su sobrina, solicitaron a través del personal de seguridad que se movieran de lugar. El argumento fue que Miriam, con su enferdad, no podía aparecer frente a cámaras (se veía fea), así que las mandaron hasta las últimas gradas. La señora, subiendo con mucho esfuerzo, ayudando a su sobrina, al querer abrazarla para acomodarse, perdió el equilibrio y cayó desde una altura superior a los tres metros. La señora estrelló su cabeza en el suelo y murió instantáneamente. La niña, al ver a su tía en el piso en un charco de sangre, comenzó a llorar sin comprender del todo lo que estaba sucediendo.

Cuando el personal de Servicio Médico Forense arrivó al lugar evidentemente ya no había nada que hacer. Hasta el momento, no ha habido ningún medio que anuncie si la empresa apoyará a la familia con alguna indemnisación o gastos para el funeral… lo más probable esque no hagan nada porque, ¿quién va a levantar la voz por la mujer muerta?… ¿su sobrina Miriam a quien no dejaron sentarse al frente del público por afear su programa?

Esta es la realidad de Televisa y la realidad de nuestro país, uno que se deja embaucar con fórmulas simplonamente sensibiloides y muy crueles. Y así somos los mexicanos, que nos seguimos enterneciendo con la mentira, desinformados, hábidos de circo porque el pan cada día está más difícil.

Ojalá los mexicanos tuviéramos un poquito se sensatez y tuviéramos los instrumentos sociales para hacer escuchar nuestra voz, para exigir que sea el Estado y no la iniciativa privada quien provea al pueblo con servicios de salud suficiente, de manera que no haya gañanes de cuello blanco, ventajosos y oportunistas, que utilicen a niños en situaciones de desventaja social (sí, “desventaja”) en un país que lejos de respetarlos, los segrega, los margina y los utiliza. Tal como lo hacen sus medios de comunicación, fiel reflejo de la cultura que la sustenta.

La nota original fue publicada en el siguiente enlace:

http://www.oem.com.mx/eloccidental/notas/n942219.htm

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